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Sexo en el Postparto


El puerperio es la etapa posterior al nacimiento del bebé, y comprende el período desde que se produce dicho nacimiento hasta los meses siguientes.
La mujer afronta muchas modificaciones a lo largo de su vida, y en este período debe adaptarse a sus cambios corporales, a estar constantemente a disposición de su hijo, que ya no forma parte de su cuerpo, a este nuevo rol de mamá, a la lactancia, a poco descanso y a los altibajos emocionales (sucesivos cambios hormonales que la llevan de la alegría a la angustia y tristeza).
El puerperio se divide en tres períodos:
Puerperio Inmediato: Es el preciso momento pasado el parto, en el que se producen un torbellino de sensaciones, la mayor parte de las veces muy contradictorias. Se pasa de la alegría y la euforia, al agradecimiento a la vida, a una profunda tristeza por la pérdida del bebé que ya no ocupa el lugar donde estaba, sensaciones de miedo, acompañadas de las molestias del entuerto, dolor por la episiotomía (en el caso de parto natural) o de la cesárea.
En los tres días posteriores al parto los niveles de estrógenos y progesterona bajan abruptamente, lo que provoca destacables cambios en el estado anímico de la madre. Pueden aparecer signos de tristeza hasta llegar a casos de marcada depresión (dependiendo del tipo de personalidad previa de la mamá) combinado con el cansancio natural diario.
El deseo sexual en esta etapa es inexistente, aunque ello no imposibilita el contacto físico con caricias y abrazos entre la pareja.
Puerperio Alejado: este período abarca de uno a tres meses. La mujer está al límite de sus energías, con un importante nivel de stress: entre el amamantamiento cada 3 ó 4 horas, el tiempo que se demora en hacerlo, el habituarse a esta nueva personita y conocerla, produce un cansancio notable.
Si es primeriza necesitará de algún tiempo para adaptarse a esta nueva situación; si tiene otro u otros hijos, tendrá que equilibrar su atención con el resto. Es fundamental que trate de organizarse para descansar y baje su nivel de autoexigencia.
Los cambios corporales producen una baja en el volumen de sangre, pudiendo aparecer anemia. La depresión post parto puede o no hacerse presente. Se manifiesta con cuadros de tristeza o ataques de llanto. En un porcentaje reducido de mujeres puede darse una depresión severa o síntomas psicóticos (esto depende de la estructura psíquica previa de la mamá).
Cada pareja en sus tiempos retomará las relaciones sexuales: este tiempo dependerá de la historia de la sexualidad de la pareja y de cómo estén transitando la nueva etapa.
Se aconseja a los integrantes de la pareja que la penetración en las relaciones sea en forma gradual, debido a la menor lubricación vaginal que existe en esta etapa; las molestias de la episiotomía o cesárea y la inflamación vaginal, etc.
Algunas mujeres sienten que la vagina ha perdido su tonicidad muscular y la perciben de mayor tamaño. Para mejorarla son muy beneficiosos los ejercicios de Kegel, que consisten en la práctica diaria de la contracción de los músculos del periné (los que van de la vagina al recto).
Durante los primeros meses posteriores al parto, muchas mujeres sienten falta de deseo sexual debido a la baja del nivel de estrógenos, además de tener sus energías volcadas en el bebé y sus cuidados.
Algunas mujeres temen reanudar las relaciones sexuales porque tienen la fantasía que la zona genital quedó dañada por el parto y la episiotomía.
Cabe señalar que durante los encuentros sexuales en este período puede salir leche de los pechos al ser estimulados, lo que puede provocar cierta incomodidad a la pareja o a la mujer. Dependerá de cada integrante la inclusión o no de los pechos en el acto sexual.
Es importante tomar medidas anticonceptivas durante el amamantamiento y consultarlo con el especialista.
Puerperio Tardío: Abarca un largo período, posterior a los primeros meses, hasta que los hijos se van de casa.
Nada vuelve a ser igual, la sexualidad cambia en la pareja: ya no es espontánea, sino programada, debido a la presencia del bebé. Habrá que programar los momentos, hacer el esfuerzo y darse el tiempo y lugar para los encuentros sexuales.
Tratar de organizar una salida, ponerse firmes con los horarios de los hijos para irse a dormir. Enseñarles a respetar la privacidad de la pareja, recordando que no sólo son padres, sino que también pareja.
Los hijos aprenderán en esa convivencia un modelo de pareja adulta, incorporando el valor que se le da a la intimidad de la pareja dentro de la familia.

Lic. Maribel V. Gentile
Psicóloga (U.B.A.)
Instructora en psicoprofilaxis del embarazo y crianza (natal)

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